Introducción: El matrimonio y la Vida de Familia desempeñan un papel central en la vida y misión de la Iglesia. Esto está basado en la naturaleza del matrimonio el cual está revelado como la comunidad fundamental humana hecha en la imagen y semejanza de Dios (Gen. 1:26-28), la cual ha sido elevado por Cristo al nivel de Sacramento entre los bautizados como signo de su unión conyugal con la Iglesia (Ef. 5: 31-32). Consecuentemente, la Iglesia tiene la gran responsabilidad de ofrecer un Programa de Preparación Matrimonial que ayude a prepararse a las parejas en su vocación de matrimonio.
Propósito de esta Póliza: Ya que las parejas que solicitan a la Iglesia que sea testigo de sus matrimonios se encuentran en varias etapas del desarrollo de su fe, este documento identifica los elementos que hay que tener en cuenta para un programa de formación adecuado que preparara a la pareja en su preparación matrimonial. Esta póliza promueve los siguientes valores: la dignidad del matrimonio, el derecha de la pareja a casarse, su llamada a la santidad a través del apoyo mutuo en su vocación marital, el rol del matrimonio en la vida y misión de la Iglesia y el cuidado pastoral de las parejas preparándose para el matrimonio.
I. Duración del Periodo de Preparación:
Las parejas deben de notificar a su párroco de sus planes para casarse lo antes posible después del compromiso oficial, pero no menos de seis meses antes de la fecha de la boda.
II. El Párroco y el Equipo de Preparación Matrimonial :
A. Las parejas deben de participar en un Programa de Preparación Matrimonial conducido por su parroquia o por la Arquidiócesis. El sacerdote y su equipo determinaran el contenido y formato del programa de preparación matrimonial. Si las parejas participan en el programa de preparación matrimonial de la Arquidiócesis, el sacerdote se reunirá con la pareja al menos dos veces para asegurarse que están adecuadamente preparados.
B. Si la parroquia no tienen el personal o recursos para ofrecer su propio programa, se recomienda que trabajen con alguna parroquia vecina.
C. Se cuenta además con el apoyo ofrecido por el Programa Regional de Preparación Matrimonial y los Encuentros Católicos para parejas, los cuales asisten a las parroquias en ofrecer un componente básico a las parejas.
III. Componentes del Programa: Los componentes para cualquier programa de preparación matrimonial son:
A. Las enseñanzas del Iglesia acerca de la naturaleza y propósito del matrimonio;
B. La espiritualidad del matrimonio y de la vida de familia.
C. Las técnicas de comunicación interpersonal y los valores en el matrimonio; temas acerca de las familias de origen, finanzas, carreras profesionales, adaptaciones al principio del matrimonio, manejo del tiempo, los parientes políticos;
D. Intimidad sexual como comunión interpersonal que es unitiva y pro creativa;
E. Planificación Natural de la Familia que se basa en las enseñanzas de la Iglesia sobre la sexualidad humana y el principio de "Paternidad/Maternidad responsable." Es recomendable que se incluya un componente testimonial de una pareja que está practicando PFN.
F. Un cuestionario prematrimonial, como por ejemplo el FOCCUS, debe de ser administrado a la pareja y discutido con ellos para ayudarlos con el proceso de comunicación y un mutuo entendimiento. Como parte de su reunión con la pareja, el sacerdote también debe completar el Formato Investigación Prenupcial y ayudar a la pareja a preparar la celebración litúrgica de su matrimonio.
IV. Circunstancias Especiales: Las siguientes son circunstancias especiales que requieren adaptar el programa de preparación matrimonial:
A. Cohabitación: Las parejas que cohabitan deben de ser informadas de las razones teológicas y sociológicas que indican el por qué la cohabitación antes del matrimonio puede deteriorar el éxito futuro del matrimonio. La pareja debe ser enérgicamente exhortada a separarse durante el periodo restante de su noviazgo. Tal vez esto no siempre sea posible para varias razones. Entonces, ellos deben ser exhortados a abstenerse de relaciones sexuales. De cualquier modo, los participantes católicos deben ser animados a recibir el Sacramento de la Reconciliación para que puedan estar en el estado de gracia para recibir y conferir el Sacramento del Matrimonio. (Ver Documento de Cohabitación)
B. Segundo Matrimonio: Aquellas personas que han recibido una anulación, están divorciados, o son viudos, tienen circunstancias especiales al momento de entrar en un segundo matrimonio. Cada uno de estos casos debe de ser tratado con sensibilidad y conciencia de su situación particular.
C. Embarazo: Debe de ser determinado si es que el embarazo es el motivo de la decisión para casarse. Esto también presenta problemas cuando la pareja está viviendo junta. La separación de la pareja puede ser difícil para la madre que está esperando.
D. Parejas con hijos: Las parejas pueden tener hijos propios o de una relación previa. Cada una es una situación diferente y debe de ser reconocida por el sacerdote y el equipo.
E. Matrimonios Ecuménicos y de otra fe: Cuando la pareja pertenece a diferentes denominaciones o religiones, ellos pueden desear por motivos de armonía, contactar al ministro, rabí, o representante de la parte no-católica acerca de su matrimonio. La parte no-católica debe de estar consciente de la responsabilidad de la parte católica de hacer todo lo posible para que los hijos sean bautizados y criados en la fe católica.
F. Parejas Mayores: Estas parejas están en diferentes etapas de su ciclo de vida en comparación a jóvenes adultos. Tiene que haber sensibilidad respecto a la necesidad de participar en un programa de formación matrimonia. Diálogos privados pueden ser una mejor opción.
V. Situaciones en las cuales el sacerdote puede retrasar o rehusar ser testigo del matrimonio:
A. Negación de las "Dones del Matrimonio que son: la unidad e indisolubilidad de matrimonio, el amor conyugal fiel, y la apertura a la fertilidad. (Catecismo de la Iglesia Católica 1643-1654).
B. Inhabilidad para ofrecer el; consentimiento que requiere el matrimonio: falta de madurez, edad, discapacidad emocional o mental, abuso de drogas, etc.'
C. Impedimentos canónicos que no están dispensados
D. Rehusar cooperar con el sacerdote y el equipo de preparación matrimonial.
Apéndice al documento sobre el cuidado pastoral de las parejas preparándose para el matrimonio
A medida que las parejas vienen a la Iglesia para preparase para el matrimonio, uno de los retos pastorales más grandes con los que se encuentra la Iglesia es el fenómeno de la cohabitación. Investigaciones recientes (2004) estiman que hay 5,080 millones de parejas cohabitando en los Estados Unidos hoy en día. Esto representa el 8% de todas las parejas viviendo juntas. En contraste habían 2,856 millones de parejas cohabitando en 1990. Investigaciones adicionales indican que el 25% de mujeres entre las edades de 25-39 viven con una pareja, y que 25% han vivido con un compañero en el pasado.(1)
A la vez que se ha incrementado la tasa de parejas cohabitando se ha observado una disminución en los matrimonios. Las estadísticas del 2004 muestran que hay 39.9 matrimonios por cada 1000 mujeres solteras mayores de 15 años en los Estados Unidos. En 1990 hubieron 54.5 matrimonios por cada 1000 mujeres solteras de 15 o mayores. En 1970 hubieron 76.5 matrimonios por 1000 mujeres solteras 15 o mayores. (2)
Dentro de la sabiduría convencional de la mayoría de los jóvenes hoy en día, se cree que viviendo juntos tienen la oportunidad de probar su compatibilidad como pareja, y consecuentemente pueden asegurar mejor el éxito de su futuro matrimonio. Las investigaciones realizadas prueban lo contrario, se ha demostrado que cohabitación prematrimonial está asociada con niveles bajos de estabilidad matrimonial. Las investigaciones conducidas en las Universidades de Yale y Columbia demostraron que, "Es sorprendente la gran relación entre la cohabitación premarital y la subsecuente estabilidad matrimonial. La tasa de disolución de mujeres que cohabitan con su futuro esposo es, en un promedio, casi 80% más que la tasa de las que no lo hacen. (3)
Parece ser que hay dos dinámicas que se determinan la razón por la cual la cohabitación deteriora la estabilidad marital. Primeramente, que es selectiva, atrae a aquellos cuyas características personales tienen la tendencia en contra de un saludable matrimonio estable. La segunda causa es que la experiencia de cohabitar deteriora el compromiso a largo plazo y la madurez requerida para hacer que el matrimonio tenga éxito. (4)
Más de la mitad de matrimonios hoy en día son precedidos por la cohabitación. La pregunta es cómo se puede ofrecer ministerio a estas parejas, muchas de las cuales tienen una relación nominal con la Iglesia. Además, la aceptación de la cohabitación de parejas preparándose para el matrimonio como norma general, esfuerza esta práctica, y hace que la pareja no se de cuenta de ningún juicio negativo de acuerdo a la perspectiva de la Iglesia.
Los principios para responder a este reto pastoral son dos: La Iglesia se preocupa por el bienestar y futuro del éxito marital de la pareja, y la dignidad de la vocación del matrimonio. En vista de estos principios, y especialmente siendo muy sensibles a la posibilidad de alienar a las parejas, hay que hacer todo esfuerzo posible para darles las bienvenida, animarlos y aplaudir su decisión de casarse, conocerse el uno al otro, y rezar por ellos. Una vez se ha establecido un contexto de confianza y respeto mutuo la pareja tiene el derecho de recibir una catequesis básica sobre las enseñanzas referentes a la buena nueva acerca del matrimonio y la familia. Esto incluye la dignidad de la sexualidad humana que expresa una donación de uno mismo (lealtad, fertilidad, mutualidad, y permanencia), y el por qué esta dignidad solamente puede ser respetada dentro del contexto de un compromiso de matrimonio. Además, un entendimiento básico de las razones sociológicas concernientes a la influencia negativa que la cohabitación puede tener en el matrimonio deben de ser explicadas. Finalmente, la pareja debe de ser enfáticamente exhortada a dejar de cohabitar, o, si esto no es posible, al menos dejar de tener relaciones sexuales hasta el día de la boda.
Otras fuentes:
The Bishops of Pennsylvania, Living Together (Pennsylvania Catholic Conference, 223 North Street, Box 2835, Harrisburg, PA 17105, 717-238-9613, www.pacatholic.org
The National Marriage Project , http://marriage.rutgers.edu/
Notes:
1. David Popenoe and Barbara Dafoe Whitehead, "The State of Our Unions: The Social Health of Marriage in America ," The National Marriage Project , the State University of Rutgers, 2005, pg.20
2. Ibid., pg.16
3. Neil Bennett, Ann Blanc and David Bloom, "Commitment and Modern Union: Assessing the Link between Premarital Cohabitation and Subsequent Marital Stability," American Sociological Review 53 (1988): pgs.127-138
4. Parenthetically, a recent study of women concluded that cohabitation, when limited to a woman's future husband , is not associated with an elevated risk of marital disruption. The National Marriage Project , pg.21